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Ver para creer es un concepto muy desarrollado en nuestra cultura occidental, por lo que la ciencia se ha hecho cargo de investigar los múltiples beneficios que reportan en su salud las personas que practican yoga. Diversos estudios demuestran que estos beneficios son reales. A continuación, algunos de los más importantes motivos por los que el yoga es considerada una puerta de entrada a un estilo de vida más saludable.

1 Favorece el sistema inmune

Practicar yoga produce cambios en más de cien genes vinculados al sistema inmune, según lo revelan distintos estudios. Uno de ellos, realizado por la Universidad de Oslo, Noruega, y publicado por la revista académica estadounidense de ciencia y medicina Plos One, comparó los cambios experimentados por un grupo de hombres que realizó un programa con posturas suaves, ejercicios de respiración y meditación, en relación a un grupo control que en el mismo período realizó una hora de caminata y escuchó música de jazz o clásica para emular la relajación y meditación del yoga. A ambos grupos les tomaron muestras de sangre al iniciar y al terminar los cuatro días de ejercicios, para analizar la expresión génica de las células del sistema inmune. En los que realizaron caminatas se activaron 38 genes, mientras que en los que practicaron yoga, 111. Estos datos sugieren que el yoga y las prácticas relacionadas producen alteraciones rápidas de la expresión génica, que pueden ser la base de sus efectos biológicos a nivel celular a más largo plazo.

2 Alivia el dolor

Trescientas veinte personas con dolor de espalda fueron parte de una investigación realizada por el Boston Medical Center, divididos en dos grupos: el primero fue sometido a una rutina de una clase semanal de yoga y el segundo, a terapia física tradicional. Al cabo de tres meses, ambos grupos reportaron menor dolor lumbar, mejoría en la movilidad y menos uso de analgésicos.

Otra estudio realizado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) reveló que mujeres jóvenes con artritis reumatoide, enfermedad autoinmune que produce un intenso dolor articular y reducción de movilidad, consiguieron reducir su dolor, además de disminuir sus niveles de ansiedad y depresión, luego de practicar Iyengar durante seis semanas.

3 Reduce el estrés

Científicos de la Universidad de Duke, Estados Unidos, revisaron más de cien trabajos de investigación sobre yoga y concluyeron que su práctica actúa sobre el cerebro, regulando la acción de una serie de neurotransmisores y hormonas vinculadas al estrés y ansiedad. Agregaron que el yoga es capaz de provocar cambios en biomarcadores -como neurotransmisores, secreción de hormonas y proteínas- similares a los que genera una terapia con medicamentos o sesiones de psicoterapia.

Así también lo revela un estudio publicado en la revista Psycho Neuro Endocrinology, que recomienda practicar diariamente meditación durante doce minutos para reducir la respuesta inflamatoria del sistema inmune, que se relaciona con muchos problemas crónicos de salud, entre ellos el estrés.

4 Combate la depresión

Una publicación de la American Psychological Association (APA) muestra los resultados del estudio de la doctora Lindsey Hopkins, que incluyó a veintitrés hombres que participaron en clases de Hatha Yoga dos veces a la semana, durante ocho semanas, los que reportaron una baja importante de sus síntomas de depresión. Otro estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) comprobó que personas con depresión, después de practicar yoga Iyengar durante ocho semanas, disminuyeron significativamente la ansiedad y los estados de angustia.

Una investigación liderada por Sarah Shallit, de la Universidad Alliant de San Francisco, analizó a cincuenta y dos mujeres que practicaban Bikram Yoga a 40 grados de temperatura, dos veces por semana durante dos meses, comprobando que redujeron los síntomas depresivos, en comparación con el grupo de control. Un estudio del Hospital General de Massachusetts reportó resultados similares con beneficios colaterales, como incremento de la calidad de vida, optimismo y mejoramiento de funciones físicas y cognitivas.

5 Retarda el envejecimiento

Distintas investigaciones científicas concluyen que el yoga retarda el envejecimiento. Un estudio publicado por la UCLA demostró que doce minutos de meditación al día, durante ocho semanas, son suficientes para reducir el envejecimiento inducido por el estrés. Un estudio publicado en Oxidative Medicine and Cellular Longevity reforzó esta conclusión, luego de medir los biomarcadores de envejecimiento celular y de estrés a un grupo de personas  antes y después de participar en un programa de noventa minutos diarios de yoga -incluyendo posturas físicas, respiración y meditación- cinco días a la semana, durante doce semanas.

6 Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares

Un equipo de investigadores de la Escuela Médica de Harvard realizó en 2014 un análisis de todos los estudios que relacionaban la práctica del yoga con la reducción de riesgos de enfermedades cardiovasculares. El estudio confirmó la reducción del riesgo en pacientes que practican yoga respecto a los que llevan una vida sedentaria, demostrando que la práctica ayuda a regular la presión arterial, reduce los niveles de colesterol y mejora el índice de masa corporal, al igual que la práctica de cualquier deporte. Este estudio, liderado por la doctora Paula Chu, y publicado por la revista European Journal of Preventive Cardiology, recopiló información proveniente de treinta y siete ensayos clínicos, concluyendo que la práctica de yoga es muy beneficiosa para el organismo.

“Me permite conectarme conmigo misma”

Mariana Mihaljevic Del Mau. Profesora Yoga Sakhyam y directora Mandala Yoga, Chicureo.

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Después de mi segundo embarazo –mis hijos tienen un año y cinco meses de diferencia- me sentí tremendamente estresada, por lo que me dieron el dato de una sala de yoga cerca de mi casa en La Reina. Al conocer a mi profesora, Corina, que tenía más de 70 años, con su pelo blanco precioso, la luz que proyectaba y la belleza de sus clases, me enamoré inmediatamente del yoga. Seguí yendo en forma regular y de a poco comencé a recuperar la energía que invertía día a día en mis dos pequeños.

La práctica de yoga fue una hermosa herramienta que me hizo recordar lo importante y necesario que es parar y mirar hacia uno mismo. El simple ejercicio de inhalar y exhalar me hizo tomar conciencia de dónde estaba, quién era y qué quería y comprendí que ser madre es uno de los tantos roles que tengo en mi vida. Decidí dejar la docencia de diseño gráfico a la que me había dedicado los últimos diez años, para estudiar yoga y emprender este camino tan gratificante. Llegué a hacer el instructorado a Yoga Sakhyam, sin saber que ahí mismo había estudiado mi maestra.

Hoy tengo cuatro hijos, acepto mis limitaciones, sé que no todos los días son iguales y creo firmemente que el yoga es una maravillosa oportunidad para detenernos y conectarnos con nosotros mismos y con el otro.

“Duermo mejor y vivo más tranquila”

Concepción Nava Valenzuela. Alumna de yoga Municipalidad de Lo Barnechea.

Hace dos años supe que la Municipalidad de Lo Barnechea ofrecía talleres de yoga y me llamó inmediatamente la atención. Siempre hice gimnasia, así es que me inscribí y me gustó mucho, porque más allá de los ejercicios físicos, cada clase tiene un contenido. Si bien voy solo dos veces por semana, me hice el hábito de meditar todos los días en mi casa, y es increíble lo bien que me ha hecho sentir: duermo mucho mejor y vivo más tranquila.

Ni la edad ni la osteoporosis severa han sido un impedimento. Al contrario, aunque es una enfermedad silenciosa, y a ratos duele mucho la espalda, estirar y activar en forma respetuosa mi cuerpo, me alivia bastante. Me esfuerzo en hacer lo que más puedo, reconociendo mis limitaciones. La edad nunca me ha complicado: no pienso que tengo 81 años y nunca me quejo. Vivo el día a día y disfruto el presente.

Han sido dos años de crecimiento mental y espiritual y aunque me habría gustado conocer el yoga antes, siento que todo tiene un sentido. Más joven fui tremendamente inquieta y ahora tal vez necesitaba conocerme mejor; el yoga es una filosofía que me ha permitido tener más vida interior.

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“Me ayuda a manejar el estrés”

Mauricio López. Enfermero intensivista Clínica Alemana. Alumno Ashtanga Yoga Chile.

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Mi primer acercamiento al yoga fue hace cinco años, cuando empecé con clases en el Parque Bustamante. En mayo de este año decidí tomármelo más en serio y comencé a practicar en Ashtanga Yoga Chile, sin perderme ni una clase. Como soy perfeccionista, desde el principio me preocupé de aprender bien la secuencia y de observar videos del maestro Pattabhi Jois, para luego practicar sin miedo, sin vergüenza y con respeto por mi cuerpo, escuchando sus limitaciones y dificultades. He mejorado mi postura y ya no tengo esos clásicos dolores de espalda producto del estrés. Me siento mucho más ágil, fortalecido y equilibrado.

 

Pero el yoga no es solo una práctica física; si lo tomas así, muy pronto te podrás sentir frustrado. Permite una real conexión entre cuerpo, mente y espíritu, generando una conversación interna, un intercambio y retroalimentación, que ayudan a aumentar mi consciencia. La práctica requiere apertura de mente, humildad y sencillez.

El yoga oxigena el cerebro y siento que puedo pensar mejor. Como enfermero intensivista, he mejorado mucho mi manejo del estrés, la rapidez y agilidad en los cálculos mentales y la resolución de problemas en mi trabajo diario con personas que se encuentran en riesgo vital. Siento que estoy más sereno y menos reactivo, más afable y menos agresivo… No solo en el trabajo, sino que en todas las actividades de mi vida.

6 buenas razones para practicar yoga

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