Bruxismo
La mirada de yoga orgánico
Al preguntar en sala de clases, en el trabajo, en el grupo de amigos, e inclusive en tu círculo familiar, cuántas personas tienen bruxismo, la gran cantidad de respuestas afirmativas te sorprendería. La prevalencia del bruxismo va del 8 al 31% de la población, siendo una patología en ascenso a nivel mundial, que afecta tanto a hombres como a mujeres, jóvenes y adultos.
El bruxismo es el hábito involuntario de apretar la mandíbula y/o rechinar los dientes. Aunque en la comunidad médica aún no hay consenso sobre sus causas, considerando que son múltiples los factores involucrados, sí hay un acuerdo acerca de que las condiciones estresantes lo exageran e intensifican: en momentos de mayor tensión y estrés los episodios se acentúan. ¿Te sientes identificado/a?
El daño sobre las estructuras dentales quizás es el síntoma más notorio, pero el bruxismo puede manifestarse con tensión e hipertrofia en los músculos de la masticación, dolores de cabeza producidos por la tensión, maloclusión, hipersensibilidad dentaria por los cambios producidos en la estructura del esmalte, daño articular y estrés.
Desde la odontología se plantea como tratamiento el uso de férulas oclusales para evitar el desgaste dentario y disminuir los síntomas dolorosos. También se utiliza masaje facial, terapia farmacológica para quienes padecen bruxismo nocturno severo, recomendación de actividad física y aprendizaje de herramientas para disminuir el estrés junto a la psicoterapia.
Ante la sintomatología del bruxismo, el yoga tiene variadas herramientas que ofrecer.
La respiración profunda y su ejercitación (mediante la práctica de pranayama) mejora la oxigenación de la musculatura sobre-exigida, mejorando la eliminación de residuos metabólicos propios de la excesiva actividad muscular, causales de mayor dolor y perpetuación del malestar.
Las asanas (posturas) trabajan sobre la longitud muscular, accionando la musculatura en tensión y distribuyendo las cargas a través del trabajo sobre las fascias. Asimismo, la correcta ejecución de las asanas ayuda al cuerpo a encontrar una mejor postura en la cotidianidad. Esto es de vital importancia, porque al sentir dolor realizamos posturas
evitacionales, que llevan a descompensaciones musculoesqueléticas, que generarán más dolor y mayor evitación, en un círculo vicioso.
Con la práctica constante, el practicante adquiere mayor consciencia mental y emocional, que le ayudarán a descubrir la causa subyacente a esta condición de sobre esfuerzo y presión sostenida que refleja su cuerpo a través del gesto.
Es importante considerar, además, que por la eficacia de sus herramientas y técnicas, el yoga es una disciplina muy recomendada para el control del estrés.
Algunos estudios muestran el aumento de catecolaminas en la orina de sujetos con bruxismo nocturno. Estos resultados se relacionan con un aumento de los niveles de estrés emocional que activarían el eje hipotalámico-suprarrenal, responsable de la liberación de catecolaminas (noradrenalina, epinefrina y dopamina). Al regular el sistema nervioso simpático, el yoga balancea el funcionamiento hipotalámico-hipofisiario-suprarrenal, disminuyendo la producción de dichas sustancias químicas.
Asimismo, es importante señalar el efecto calmante de la meditación, la que ayuda a reducir los niveles de cortisol y adrenalina, produciendo una disminución en la presión sanguínea y cambiando la percepción de las personas al enfrentarse al estrés, entre otros beneficios.
En “El Sendero de la Salud Holística”, el maestro B.K.S. Iyengar nos propone técnicas yóguicas para lidiar con el estrés: AdhoMukha Svanasana, Paschimottanasana y Viparita Karani. Asimismo, técnicas respiratoriasa: Ujjayi y Viloma Pranayama, además de la utilización de elementos para incorporar en la práctica. Su hija, la maestra Geeta Iyengar, nos recomienda la ejecución de Salamba Sarvangasana, ya que es “relajante para el sistema nervioso y, por consiguiente, indicada para cuando se está tensa, preocupada, irritada, fatigada o cuando se padece insomnio o agotamiento nervioso”. También señala que Sanmukhi Mudra calma el cerebro y el sistema nervioso, ya que es excelente para eliminar la irritación, la tensión y los enfados.
Te invitamos a realizar esta secuencia de yoga, tomando consciencia de tu cuerpo, tensiones y pensamientos. Por sobre todo: ¡respira y suelta!
Supta Baddha Konasana
Comenzamos con esta postura para relajar la musculatura del cuello y rostro. Percibe cómo te sientes, la tensión en mandíbula, cuello y rostro. Haz respiraciones lentas y profundas para favorecer el descenso de la actividad simpática de tu sistema nervioso.
Moviliza suavemente cuello y hombros, ya que esta zona tiende a estar contracturada. Respira lento y suave mientras relajas la mandíbula y le brindas elasticidad y soltura a tus músculos y fascias.
Movimiento articular
Masaje en el rostro
Coloca tus dedos en la frente y desciende hasta el mentón. Luego pon tus dedos sobre la ATM, deja la boca abierta y masajea hasta la mandíbula, siguiendo el recorrido del músculo masetero (principal músculo de la masticación y el más potente del cuerpo).
Sasangasana
Con esta asana favorecemos la movilización de la fascia del cráneo y cuello, parte de la cadena miofascial posterior que se asocia a los dolores de espalda alta relacionados al bruxar.
Halasana y Salamba Sarvangasana
Aquí profundizamos en el trabajo sobre la cadena miofascial posterior. Salamba Sarvangasana con silla calma el cerebro, el sistema nervioso y regula el sistema endocrino responsable de los procesos metabólicos, a través de la liberación de hormonas al torrente sanguíneo.
Anda a la postura final de descanso, agregando un cinto en la cabeza y un bolster bajo las rodillas, manteniendo la respiración suave y serena. Percibe cómo te sientes ahora.