Cualquier agua no da lo mismo
Cada día existe mayor conciencia sobre los beneficios de tomar agua. Diversas alternativas están desplazando a bebidas artificiales dañinas para la salud.
El agua es indispensable para la vida. El ser humano puede sobrevivir sin alimento entre treinta y cuarenta días, pero sin agua, sólo entre tres y cinco. El organismo no tiene reservas de agua, a diferencia de lo que ocurre con la materia grasa, por lo que necesita reponer rápidamente la que elimina.
Hoy la tendencia es reemplazar las bebidas artificiales y altas en azúcares por otras sanas y naturales, entre las cuales el agua es, sin duda, la mejor alternativa de hidratación. Pero cualquier agua no da lo mismo.
En Chile, el agua del grifo es absolutamente potable y si bien existen alternativas mejoradas, lo fundamental es beberla en forma abundante, destaca la nutricionista Janine Leal, directora de Alianza Wellness. “La recomendación es tomar dos litros diarios”, señala.
Una de las prácticas caseras más comunes para mejorar su calidad, es filtrarla para eliminar partículas sólidas, como metales pesados, exceso de cal, nitratos, cloro, bacterias y fluoruros. Los filtros de proceso mecánico eliminan los contaminantes de mayor tamaño. Filtros más sofisticados, como los de membrana u osmosis invertida, eliminan partículas mucho más pequeñas, como el cloro e incluso algunos microorganismos, explica Aranzazu Jugo, nutrióloga del centro de medicina y nutrición Benefit.
“Las moléculas del agua ionizada ingresan de manera más eficiente a la célula, garantizando una mejor hidratación”
Antiácido natural
Como alternativa, el mercado ofrece una variedad de aguas, por lo que es importante distinguir las que son verdaderamente beneficiosas para la salud, de aquellas que son solo un producto de marketing, según su contenido.
La oferta más extendida es, sin duda, la de aguas minerales que brotan de fuentes naturales y que se diferencian en función de sus componentes minerales.Una particularidad importante en la que se debe poner atención, es su alcalinidad. En rigor, un agua alcalina es aquella que tiene un pH superior a 8. El pH mide el grado de acidez en una escala de 1 a 14, siendo pH 7 neutro; inferior a 7, ácido; y superior, alcalino.
El agua alcalina funciona como un antiácido natural que ayuda a neutralizar el pH del organismo. “Si bien nuestro sistema lo equilibra en forma natural, nuestra dieta -alta en proteínas animales, azúcares y alimentos procesados- y el sedentarismo contribuyen a que el proceso de digestión deje residuos ácidos”, explica Janine Leal. Este medio ácido, agrega, favorece el desarrollo de enfermedades, como el cáncer, diabetes problemas cardiovasculares y otras relacionadas a procesos inflamatorios. O más preciso aún: el desarrollo de estas enfermedades se da en medios ácidos.
Las aguas alcalinas se obtienen de fuentes naturales o a través de diferentes procesos, algunos de los cuales se pueden realizar en forma casera, por ejemplo con jarras especiales. Sin embargo, no es recomendable adicionar bicarbonato, como comúnmente se cree, ya que a la larga puede ser dañino para la salud.
“El agua alcalina funciona como un antiácido natural que ayuda a prevenir enfermedades”
Mejor hidratación
El agua alcalina ionizada es otra de las favoritas. A través de un proceso de electrólisis, mediante la acción de corriente eléctrica continua, se descomponen las moléculas de agua, ingresando de manera más eficiente a la célula, lo que aseguraría una mejor hidratación. Si bien los estudios al respecto no son concluyentes, debido a que la investigación es aún reciente, se estima que el agua ionizada hidrata hasta seis veces más y en la mitad del tiempo, por lo que es especialmente beneficiosa para deportistas.
Además, el agua alcalina ionizada tiene un mayor potencial de neutralización de radicales libres, responsables de la oxidación y envejecimiento de las células, tal como lo afirma la doctora Jugo.
Finalmente, existen aguas enriquecidas, por ejemplo con magnesio, que interviene en funciones fisiológicas importantes, como la creación de ATP (principal fuente de energía), presión arterial, formación adecuada de huesos y dientes, relajación de vasos sanguíneos y función intestinal.
En definitiva, detrás de su apariencia insípida e incolora, hay todo un mundo de diferencias. Por eso, ¡cualquier agua no da lo mismo!