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Mas allá de los eneatipos

El verdadero valor del eneagrama

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En Occidente, el Eneagrama es conocido como una herramienta de autoconocimiento que describe nueve tipos de personalidad, lo que sin duda ha sido un aporte fundamental para la psicología. Sin embargo, ha dejado fuera su dimensión espiritual, justamente donde se encuentra su verdadero y profundo valor.

 

Por Macarena Maldonado

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La riqueza más profunda del Eneagrama, y quizás la menos conocida, radica en que nos explica cómo, por qué y para qué llegamos a esta vida. Esta milenaria sabiduría nos recuerda que somos seres espirituales viviendo una experiencia humana transitoria.

Anna María Rossi, psicóloga de la Universidad de Chile y especialista en el tema, trabaja precisamente esta dimensión espiritual que nos permite recordar quiénes somos realmente y nos señala la necesidad de encontrar el camino de vuelta a casa, a la esencia divina.

Esta sabiduría tiene sus orígenes en alrededor de 3.500 años a.C.  Fue dada a conocer al maestro místico ruso, escritor y compositor George Gurdjíeff (1866- 1949), y conocida en nuestro país gracias a los aportes de Oscar Ichazo, escritor boliviano y fundador de la Escuela de Arica, y del psiquiatra y escritor chileno Claudio Naranjo, uno de los pioneros y máximos referentes de la psicología transpersonal. Asimismo, Abdul Karim Baudino, autor argentino del libro “Eneagrama Sufi” ha tenido un papel relevante al interpretar esta sabiduría desde una mirada espiritual y holística. Para él, el símbolo del Eneagrama es una matriz matemático-geométrica del Ser Divino.

El Eneagrama considera que cuando un ser humano nace, su esencia se desconecta de la unidad de la cual era parte y experimenta el vacío y carencia de identidad. Antes era parte del todo y ahora no sabe bien quién es, por lo que necesita tomar una identidad ilusoria que se convierte en una imagen exterior con la cual se identifica. “A esto se le ha llamado ego, yo ilusorio o personalidad. El peligro es que llegamos a creer que es lo único real y que lo importante es ser alguien en la vida, competir, ganar, insertarse en la matrix y sobrevivir”, explica Anna María.

Lo interesante del Eneagrama es que tiene el poder de recordarnos quiénes somos en realidad. “Imaginemos que somos gotas de un mar inmenso y que al separarnos necesitamos construir una casa, una habitación, una armadura que proteja a esa gota de agua. Esa armadura es nuestro eneatipo. Nosotros seguimos siendo una gota de ese mar inmenso y cuando nuestra casa se disuelve, volvemos a ser parte de él”.

Este camino está descrito en diferentes tradiciones espirituales. Por ejemplo, en la parábola del Hijo Pródigo del Evangelio Cristiano. “Cuando el hijo sale de la casa del padre vive un proceso involutivo, se aleja. Pero cuando toma conciencia de que está viviendo una vida que no le corresponde, vuelve a su hogar, en un proceso evolutivo. El Hijo Pródigo debe recorrer un largo camino hasta darse cuenta de quién es para volver a la casa de su padre en plena conciencia”, explica la psicóloga.

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Carencia de sentido

Cada día Anna María recibe en su consulta a personas que dicen no encontrar sentido a su vida, personas que se enferman, que se sienten perdidas, que no encajan en la matrix. “Lograste tener una carrera, hijos, renovaste el auto, compraste una casa, tal vez te casaste y viajaste por el mundo. Pero, ¿qué más? ¿Eso es la vida?”, se pregunta Anna María Rossi y continúa: “Tarde o temprano te cuestionarás qué sentido tiene todo eso. Se caerá el mundo que tienes armado, te darás cuenta de que no puedes controlar nada e inexorablemente experimentarás un sentimiento de vacío. Todos los éxitos son solo entretenciones del vivir; el verdadero sentido de la vida, es recordar quién eres realmente y emprender el camino de regreso a casa”.

Según la especialista, todos estamos llamados a vivir este proceso de la vida y a descubrir qué nos tiene atrapados, qué nos aleja de nuestro verdadero SER. “No somos un número uno, dos o tres del Eneagrama; ese es nuestro disfraz, esa es la forma que adquirimos para hacerle frente a la vida que nos tocó vivir”, explica.

Los eneatipos

La palabra Eneagrama deriva del griego ennea, que significa nueve y gramma, que significa trazo o dibujo. De ahí que el Eneagrama está representado por una estrella de nueve puntas inscrita en un círculo, que representa la unidad y las puntas, las diferentes maneras de percibir el mundo. Desde el aspecto psicológico, distingue nueve tipos de personalidades o eneatipos. “Conocer el eneatipo solo por curiosidad no tiene mucho sentido. Hay muchas clasificaciones de personalidad y ésta tiene la cualidad de distinguir entre personalidad (lo que no somos, sino parecemos) y esencia (lo que realmente somos). Entender lo que no somos nos puede ayudar a descubrir lo que realmente somos. Es como la figura de la armadura oxidada: conocer la armadura permite ver qué hay detrás, eso que permanece cubierto por la armadura”, enfatiza Anna María.

Explica que estas nueve personalidades del Eneagrama son diferentes distorsiones de nuestra verdadera esencia divina y representan las maneras en que cada alma, al desconectarse de la unidad, entra en contacto con la carencia y busca afuera lo que siente que perdió. “Algunos necesitan más amor y organizan sus vidas en función de obtenerlo; otros necesitan seguridad y todos sus mecanismos están al servicio de esa búsqueda; otros quieren ser reconocidos y en eso basan sus acciones. Los eneatipos son distintas maneras de ser, de actuar y de concebir el mundo”, puntualiza.

El proceso de volver a la esencia es largo y no se puede hacer solo. Recuperar la identidad perdida no es tarea fácil, pero ese es nuestro gran desafío. La psicóloga lo explica de la siguiente manera: “Un viaje de mil millas comienza con el primer paso, decía Lao Tse. Hay que ir reconociendo la armadura, identificando mi manera de mostrarme a los demás, las distorsiones de mi conducta, mis patrones repetitivos. Tengo que ir paso a paso revisando, observando, ampliando la conciencia y des-identificándome con lo externo para ir acercándome a mi verdadero Yo”.

El eneatipo también entrega una reflexión compasiva acerca de las conductas humanas: “Permite entender que los demás no hacen las cosas para molestarme a mí, sino que hacen lo que han aprendido a hacer”, concluye la psicóloga.

Si quieres conocer más de esta milenaria sabiduría

- Participa en el Taller de Eneagrama: 15 y 16 de marzo.  Más Info: amrossiw@gmail.com

- Lee: “Eneagrama y Sociedad”. Autor: Claudio Naranjo.

“El Eneagrama nos recuerda quiénes somos realmente y nos habla sobre la necesidad de encontrar el camino de vuelta a casa, a la esencia divina”.

Los Nueve Eneatipos

1. Personas éticas y concienzudas, con un fuerte sentido del bien y el mal, se esfuerzan siempre por mejorar las cosas, pero temen cometer errores. Bien organizados, ordenados y meticulosos, pueden resultar críticos y perfeccionistas. Normalmente tienen problemas de rabia e impaciencia reprimidas.

 

2. Preocupados, orientados a los demás, comprensivos, sinceros y bondadosos. También pueden ser sentimentales, aduladores y obsequiosos. Desean acercarse a los demás y suelen hacer cosas por ellos para sentirse necesitados. Por lo general, tienen problemas para cuidar de sí mismos y reconocer sus propias necesidades.

 

3. Personas orientadas al éxito, seguras de sí mismas, atractivas y encantadoras. También suelen ser ambiciosas, competitivas, enérgicas y muy motivadas por el progreso personal. Suelen preocuparse por su imagen y por lo que los demás piensan de ellas.

 

4. Son conscientes de sí mismos, sensibles, reservados, románticos, sinceros y callados, pero también pueden ser caprichosos y tímidos. Se ocultan de los demás porque se sienten vulnerables o defectuosos. Normalmente tienen problemas de autocomplacencia y autocompasión.

 

5. Personas perspicaces y curiosas, capaces de concentrarse y enfocar la atención en desarrollar ideas y habilidades complejas. Independientes e innovadores, es posible que se obsesionen con sus pensamientos. Muy nerviosos y

vehementes. Por lo general, tienen problemas de aislamiento, excentricidad y nihilismo.

6. Personas dignas de confianza, comprometidas, trabajadoras y responsables, pero pueden adoptar una actitud defensiva, ser evasivas y muy nerviosas. Trabajan hasta estresarse al mismo tiempo que se quejan de ello. Suelen ser cautelosas e indecisas, aunque también desafiantes y rebeldes. Normalmente tienen problemas de inseguridad y desconfianza

7. Versátiles, optimistas y espontáneos. Juguetones, animosos y prácticos, también podrían abarcar demasiado, ser desorganizados e indisciplinados. Constantemente buscan experiencias nuevas y estimulantes, pero la actividad continuada los aturde y agota. Por lo general tienen problemas de superficialidad e impulsividad.

 

8. Seguros de sí mismos, fuertes y capaces de imponerse. Personas protectoras, ingeniosas y decididas, también resultan orgullosas y dominantes. Suelen volverse retadoras e intimidadoras. Normalmente tienen problemas para relacionarse con los demás.

 

9. Personas conformistas, confiadas y estables. Son afables, bondadosas, se acomodan con facilidad y ofrecen su apoyo. Desean que todo vaya sobre ruedas, sin conflictos, por lo que tienden a ser complacientes y a minimizar cualquier cosa inquietante. Normalmente tienen problemas de pasividad y tozudez.

Fuente: Testeneagrama.com

“El eneatipo también entrega una reflexión compasiva acerca de las conductas humanas: permite entender que  los demás no hacen las cosas para molestarme a mí, sino que hacen lo que han aprendido a hacer”.

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