Comunidad YS
"El yoga
cambió mi vida"
"Luego de una depresión post parto, y tras múltiples tratamientos, llegué al yoga, disciplina que me permitió conocerme, valorarme y vivir el presente más consciente".
Por: Vanessa Tapia Fariña, 24 años
Técnico jurídico
Después de ser diagnosticada con crisis de pánico y depresión post parto, en mayo de 2015, con bajos 49 kilos, débil, sin ganas de comer ni levantarme, mucho menos ganas de vivir, y con una maternidad que veía cuesta arriba, decidí buscar ayuda psicológica y psiquiátrica.
“Yo quería ser mamá: mi objetivo fue siempre dedicarme a mi hija, y si controlaba mi
mente con medicamentos, no podía dar
mi 100% como mamá”.
La depresión fue superada rápidamente, gracias al aporte de los profesionales y principalmente al apoyo de mi familia. Sin embargo, las crisis de pánico continuaban una vez finalizado el tratamiento médico. Me recetaron un montón de pastillas que detienen en segundos una crisis de pánico y te envían directo a dormir. Pero yo quería ser mamá: mi objetivo fue siempre dedicarme a mi hija, y si controlaba mi mente con medicamentos no podía dar mi 100% como mamá.
Entonces, comencé a buscar algún camino para escapar de esta inquietud de la mente. Primero fue en el deporte, saltaba la cuerda, hacía abdominales, pero nada me llenaba, hasta que un día llegue al yoga. Buscando algunos videos por YouTube, conocí a la YouTuber #Malovaelena, que enseña yoga y otras prácticas físicas y saludables. Sus clases me encantaron y ahí comenzó todo.
Debo reconocer que en un principio realizaba las prácticas teniendo crisis a la vez. Mi cuerpo estaba tembloroso, sentía que el mundo se venía encima, que estaba loca o que iba morir en ese momento. Pero al poco tiempo aprendí a respirar de forma correcta, a concentrar mi mente en las asanas, a perfeccionar mis posturas y a ocupar mi mente en lo correcto; me mantuve en el aquí y ahora.
"En un principio realizaba las prácticas teniendo crisis a la vez, pero al poco tiempo aprendí a respirar de forma correcta, a concentrar mi mente en las asanas, a perfeccionar mis posturas y a ocupar mi mente en lo correcto".
Comencé utilizando una sencilla alfombra de mi dormitorio y la televisión para practicar. Cuando ya llevaba un par de meses, recibí de regalo mi primer mat y más adelante invertí algo de dinero en uno más profesional y un par de block de goma eva que no costaron más de tres mil pesos cada uno. Los obtuve en la #expoyoga2018 en estación Mapocho. Hoy asisto a cuanto evento de yoga pueda! Sigo a muchas personas en Instagram que lo practican y leo libros relacionados con el tema, los que no tienen costo, ya que los consigo por un par de semanas en la #bibliobus de la comuna donde vivo.
“El yoga cambió mi vida: aprendí a conocerme, me valoro, me acepto, mantengo la calma, soy una persona más paciente, vivo el presente, soy más consciente de mis pensamientos”.
Llevo aproximadamente un año practicando yoga Vinyasa, Power yoga, Yoga flow, o Hata yoga, como mínimo tres días a la semana y cómo máximo seis. El yoga te enseña muchos valores, entre ellos la paciencia. Hoy las crisis son un recuerdo, o bien si vuelven, tengo la certeza de que en segundos y con control desaparecerán. Durante la práctica mi mente solo se centra en la respiración, en las asanas y en la maravillosa relajación final.
"El yoga te enseña muchos valores, entre ellos la paciencia. Hoy las crisis son un recuerdo, o bien si vuelven, tengo la certeza de que en segundos y con control desaparecerán”.
Asimismo, aprendí a conocer mi cuerpo: si un día estoy cansada o enferma, no practico y no pasa absolutamente nada. Dedico tiempo a mi hija, a mi familia, a leer un libro, a mí misma…
El yoga cambió mi vida: aprendí a conocerme, me valoro, me acepto, mantengo la calma, soy una persona más paciente, vivo el presente, soy más consciente de mis pensamientos. No soy para nada perfecta; sigo cometiendo errores, pero sí mejoré muchos aspectos de mi vida. Seguiré practicando y aprendiendo, con el objetivo de mejorar como persona y de enseñar a otros esta bella práctica.