Dominique Renucci
“Sé tu propio gurú”
Y el cielo
tuvo compasión
Con más de 40 años como practicante e instructora de yoga Vinyasa, viene a Chile en febrero para entregar una certificación internacional. No cree en los sistemas de yoga cerrados, que obligan a los practicantes a seguir al pie de la letra algo creado por otros.
No tiene maestros, ni gurús; sólo se basa en la experiencia. Cree que para enseñar algo es necesario vivir el proceso, entenderlo, internalizarlo y luego aplicarlo; no repetirlo si no tiene sentido para uno.
Valora por sobre todo la libertad; no impone a sus alumnos una forma, sino que los invita a experimentar su propio estilo. Dominique Renucci es una maestra exigente, clara y fuerte, una mujer que no se cansa de aprender y, sobre todo, de enseñar.
Quizá su fuerte motivación para formar instructores (ya ha realizado más de 50 certificaciones en el mundo) tiene que ver con su profunda convicción de que el yoga puede transformar la vida, así como le sucedió a ella misma. Fue la práctica de yoga la que le ayudó a reconstruir su cuerpo después de sufrir un accidente en moto que a los 15 años la dejó paralizada y con fuertes dolores durante tres años. Hoy, a los 64, tiene una tonicidad muscular y una flexibilidad de una persona joven.
Enamorada del estilo Vinyasa, ha trabajado y tomado cursos en Tailandia, Vietnam, Malasia, Indonesia, Nepal, India, Pakistán, China, Mongolia, Filipinas y Chile, entre otros. Su interés por seguir aprendiendo la ha llevado a estudiar bioquímica, fisiología y fisiopatología en la Universidad de Medicina de Grenoble. Tiene dos hijos y cuatro nietos.
Después de un largo recorrido en el mundo del yoga, ¿por qué se queda con Vinyasa?
Es un método ecléctico: toma los mejores elementos de varios "sistemas" y los usa cuando es necesario. Combina posturas (asanas) y movimientos (vinyasas) y requiere de un profundo conocimiento de la anatomía y la fisiología para comprender cómo funciona el cuerpo. A mi juicio, es el método más seguro, ya que ofrece modificaciones para los practicantes que tienen problemas de espalda baja, rodillas, cuello, etc. Hay libertad: no existe un manual de por medio.
Usted dice que su estilo es totalmente abierto, ¿a qué se refiere?
Vinyasa es un método, no es un sistema. Un sistema es una caja cerrada, por ejemplo en Iyengar debes usar accesorios y seguir estrictamente las reglas impuestas por otros. En Ashtanga debes adecuarte a una secuencia que ya ha sido inventada. Para mí es inaceptable que los practicantes de yoga tengan lesiones en la rodilla, la espalda baja, la articulación sacro ilíaca o en los hombros y pienso que la mayoría, sino todos los estilos sistemáticos, provocan lesiones.
¿Tiene algún maestro que la inspira?
No tengo maestro. Después de muchos años de practicar distintos métodos, sentí que algo me faltaba, no estaba satisfecha… Entonces dejé todas las clases y empecé a realizar mi propia práctica. Cambié mi secuencia cada vez y comencé a sentir mi propio cuerpo; tomé consciencia que estaba despertándose cada parte él, cada célula, al no repetir las mismas cosas todos los días. Así mi cuerpo empezó a cambiar, me volví aún más flexible, más fuerte, más centrada y también más feliz. Entonces tenía un método, que más tarde descubrí que tenía un nombre: Vinyasa. La inspiración no la encuentro afuera, sino siempre dentro de mí.
¿Qué desea transmitir a los instructores de yoga que ha formado en todo el mundo?
Me gustaría decirles: estudien y entiendan cómo funciona tu cuerpo. No tengan ningún gurú, sean su propio gurú. Realicen su autoaprendizaje para permanecer constantemente conectados con su propio ser. De esta manera, podrán transmitir no solo una técnica o un método, sino también una conexión cuerpo y mente.
Las personas entran al yoga por diversas razones (físicas, espirituales, deportivas…). ¿Cómo se logra profundizar en la práctica más allá de las asanas?
No impongo nada a mis alumnos. Si vienen a perder peso, por razones físicas, lo que sea, los dejo en libertad. No tengo el derecho de cambiar a otros. Si cambian (y cambian con mi método), es su cambio, su elección. Personalmente, no me gustan los profesores que dan sermones a los demás.
¿Cómo se relaciona la parte espiritual con las asanas o el yoga físico?
Viene de forma natural, no forzada, con la práctica de la interiorización, de sentir profundamente las sensaciones físicas en todas las células, hasta que se vuelven vibratorias. La gran mayoría de mis alumnos cambia: pueden volverse vegetarianos o comenzar a practicar meditación con regularidad. Muchos han cambiado de trabajo porque no quieren estrés en su vida; otros han dejado sus relaciones, pero la gran mayoría experimenta una transformación.
¿Qué renuncias personales y familiares ha significado dedicar la vida a la enseñanza del yoga?
No he renunciado a nada. Sólo he seguido mi camino y si mi camino ha implicado renuncias, no ha sido un sacrificio.
¿Cómo motivaría a alguien para que entre al camino del yoga?
No lo haría; pienso que es su decisión. Tomarán el camino del yoga cuando estén preparados para eso.
¿Tiene algún maestro que la inspira?
No tengo maestro. Después de muchos años de practicar distintos métodos, sentí que algo me faltaba, no estaba satisfecha… Entonces dejé todas las clases y empecé a realizar mi propia práctica. Cambié mi secuencia cada vez y comencé a sentir mi propio cuerpo, tomé consciencia que estaba despertándose cada parte él, cada célula, al no repetir las mismas cosas todos los días. Así mi cuerpo empezó a cambiar, me volví aún más flexible, más fuerte, más centrada y también más feliz. Entonces tenía un método, que más tarde descubrí tenía un nombre: Vinyasa. La inspiración no la encuentro afuera, sino siempre dentro de mí.
IV Certificación Internacional en Chile
YOGA TEACHER TRAINING
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200 horas, avaladas Yoga Alliance USA
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15 de febrero al 15 de marzo de 2018
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Informaciones: Francisca Betteley +56984189836 - ttc@chilevinyasayoga.cl