La Kombucha es una infusión probiótica resultante de la fermentación de azúcar con té negro y una colonia de bacterias llamada SCOBY (cultivo simbiótico de bacteria y levadura). Se sostiene que gracias al proceso de fermentación, los antioxidantes, vitamina B y polifenoles del té, se absorben mucho más fácilmente y que, combinados, logran un efecto sinérgico para purgar toxinas, teniendo múltiples efectos sobre la salud.

 

No existen estudios científicos concluyentes que demuestren las virtudes que se le atribuyen. Incluso, hay publicaciones que describen cuadros adversos o tóxicos, los que tampoco están muy bien documentados. Sin embargo, el analisis de sus componentes demuestra que es uno de los productos caseros de fermentación que contienen más organismos vivos activos capaces de regenerar la flora intestinal en el organismo y estimular las defensas.  Aun así, no es conveniente su consumo para niños pequeños, embarazadas ni diabéticos.

 

En la práctica, son muchas las personas que la consumen habitualmente y que reportan diversos beneficios. Es el caso de Camila Acuña, fundadora de Khali Kombucha Chile,  a quien le diagnosticaron en 2015 esclerosis múltiple. “En ese momento no conocía nada más que la medicina tradicional, por lo que los remedios eran mi único tratamiento. A los seis meses del diagnóstico, los exámenes arrojaron nuevas lesiones, por lo que comencé a explorar otras alternativas a la medicina”.