La investigación llevó la práctica contemplativa desde el monasterio al laboratorio, demostrando científicamente sus enormes beneficios: mejora la atención, concentración, memoria y empatía. Asimismo, disminuye la impulsividad y el estrés, acercándonos a la felicidad. Si somos capaces de entrenar nuestro cuerpo, ¿por qué no ejercitar nuestra mente?
Nuestro cerebro está en constante cambio según la experiencia y la meditación es una herramienta poderosa para modelar positivamente nuestra mente. Así de enfáticas y revolucionarias son las conclusiones a que han llegado los estudios científicos del último tiempo.
La relación entre la meditación y la ciencia no tiene más de 40 años. Los pioneros en este campo fueron por mucho tiempo ignorados por el resto de la comunidad científica, escéptica respecto a los beneficios de esta práctica para el bienestar del ser humano. Desde hace un par de décadas, sin embargo, la investigación se ha multiplicado gracias a las técnicas de neuroimagen que permiten observar los cambios que experimenta nuestro cerebro. Estas conclusiones coinciden con otros hallazgos de la neurociencia que demuestran que el cerebro adulto todavía puede transformarse a través de la experiencia: cuando aprendemos malabarismo o tocamos un instrumento, por ejemplo, el cerebro experimenta cambios a través de un proceso llamado neuroplasticidad.
Investigadores como Richard J. Davidson, de la Universidad de Wisconsin-Madison, y Sara Lazar, de Harvard, son concluyentes en sus conclusiones: meditar cambia, literalmente, nuestro cerebro (ver recuadros).
“Al finalizar un programa de investigación de ocho semanas, los meditadores reportaron menos estrés y mayor felicidad, a pesar de que sus condiciones externas no habían cambiado”.
¿Qué dice la ciencia?
La investigación de Richard J. Davidson, pionero de la ciencia de la meditación, investigador y profesor de psicología y psiquiatría de la Universidad de Wisconsin-Madison, es concluyente: meditar cambia nuestro cerebro.
Imágenes obtenidas por resonancia magnética demuestran que las personas que practican meditación aumentan la densidad de neuronas en estructuras cerebrales responsables del aprendizaje, memoria, regulación de emociones y empatía (corteza cingulada en el sistema límbico, hipocampo izquierdo y unión temporoparietal). En cambio, la densidad de neuronas decrece en otras zonas como la amígdala, que controla, procesa y almacena las respuestas fisiológicas relacionadas con emociones instintivas básicas, como miedo, rabia, lucha, huida y estrés, disminuyendo su manifestación.
Menos estrés. Más felicidad
Investigaciones de Sara Lazar -neurocientífica del Hospital General de Massachussetts y de la Facultad de Medicina de Harvard- muestran que la meditación disminuye el ritmo de adelgazamiento progresivo de la corteza prefrontal, que filtra y ordena nuestro mundo exterior, definiendo comportamientos complejos como nuestras ideas, planes personales y toma de decisiones. Este freno natural al desgaste cognitivo, es especialmente interesante para personas mayores. Los estudios de la doctora Lazar muestran que meditadores de 50 años tienen la misma cantidad de estructura cortical que jóvenes de 25, lo que sugiere que la meditación puede retrasar el deterioro natural asociado a la edad.
A nivel hormonal, se ha visto que la meditación reduce los niveles de cortisol en la sangre, sustancia relacionada con el estrés, que liberada en exceso se transforma en neurotóxica, disminuyendo la capacidad de memoria y aprendizaje.
Al finalizar un programa de investigación de ocho semanas con la doctora Lazar, los meditadores reportaron menos estrés y mayor felicidad, a pesar de que sus condiciones externas no habían cambiado: mantenían su trabajo estresante y los problemas que enfrentaban seguían siendo difíciles. Aun cuando no podían cambiar los sucesos, sí podían modificar la forma en que los percibían, procesaban y enfrentaban.
Para profundizar
Cómo la meditación puede cambiar la forma de nuestro cerebro. Dra. Sara Lazar. TED. https://youtu.be/1tlWU3groi0
Efectos del yoga y la meditación en el cerebro. Sarahí Lezama. https://youtu.be/EJUqAkOExOk
El poder científico de la meditación. https://youtu.be/Aw71zanwMnY
Curso meditación “Meditemos”. https://www.youtube.com/watch?v=IylnB2CmEm4&t=73s contacto@meditemos.cl
“Imágenes obtenidas por resonancia magnética demuestran que las personas que practican meditación aumentan la densidad de neuronas en estructuras cerebrales responsables del aprendizaje, memoria, regulación de emociones y empatía”.
La lupa de la neurociencia
La meditación, práctica milenaria presente de una u otra forma en casi todas las religiones, se ha abierto camino rápidamente en el mundo secular, adoptando distintas formas.
La más popular en occidente, es la conciencia plena o mindfulness, desarrollada en 1979 por Jon Kabat-Zinn, doctor en biología molecular de la Universidad de Massachussets, luego de 13 años de práctica budista. Su objetivo fue tratar el estrés y aliviar el dolor crónico de sus pacientes. Hoy día centros médicos de Estados Unidos y Europa aprovechan sus ventajas para reducir la ansiedad antes de una operación y mejorar las terapias contra el estrés postraumático. Sus beneficios se han expandido a la educación y al ámbito laboral: ejecutivos de todo el mundo practican mindfulness para sobrellevar las exigencias de la vida moderna.
“Mindfulness es una excelente psicoterapia que utiliza elementos de la meditación atendiendo a una dimensión individual: busca aliviar el dolor, la ansiedad, la depresión y el estrés personal. Sin embargo, la meditación es mucho más que eso: a través de su relación con los otros, ayuda al ser humano a ser más feliz”, afirma Jorge Seguel, médico de la Universidad de Chile, con especialidad en anestesiología en la Universidad Católica.
El doctor Seguel, junto a Iván Troncoso, fundó el centro “Meditemos" en la perspectiva de ayudar a otros a alcanzar justamente esa felicidad. Con una mirada entre la espiritualidad y la ciencia, enseñan meditación siguiendo la técnica del budismo tibetano, pero bajo la lupa de la investigación neurocientífica de investigadores como Davidson y Lazar.
Fin del sufrimiento
Al explicar sus fundamentos, y las diferencias con mindfulness, Troncoso señala que la felicidad del ser humano pasa necesariamente por la felicidad de los otros, mientras que el individualismo conduce al egoísmo y a la infelicidad. La visión de “Meditemos” respecto a la meditación no sólo persigue el bienestar individual, sino que necesariamente el beneficio de todas las personas. “Somos seres gregarios, por lo que cuando meditamos en el altruismo y la compasión, sin duda somos más felices”, explica Troncoso.
Por otra parte, agrega Seguel, “la capacidad de cultivar cualidades humanas positivas al margen de cualquier filosofía o religión, provee un marco ético profundamente beneficioso para la sociedad del siglo XXI”.
Tras esos objetivos, ambos profesionales han desarrollado sus cursos en tres niveles, destinados a llevar al alumno desde la calma mental (primer nivel), pasando por cultivar pensamientos positivos, la compasión y el altruismo (segundo nivel), hasta llegar a la disolución de las emociones aflictivas para lograr el cese del sufrimiento (tercer nivel).
“Meditemos” es una opción válida para cualquier persona; no existen restricciones de ningún tipo, ni tampoco de religión. “Con una práctica de entre 10 y 30 minutos diarios, nuestros alumnos aprenden a regular sus emociones, a mejorar su capacidad de atención, concentración, memoria y empatía y, en definitiva, a ser más felices. Y de paso, nosotros también somos más felices, porque el altruismo y la compasión, son el camino para alcanzar la felicidad”, concluye Seguel.
EL PODER DEL SILENCIO
Alejandra Urrutia, directora titular de la Orquesta de Cámara de Chile. Violinista y educadora.
Llegó a la meditación luego de una trombosis cerebral, que aunque leve, le marcó la vida. Fue en agosto de 2011, cuando una amiga la visitó durante su proceso de recuperación y le hizo una visualización guiada. “Lo que sentí fue realmente hermoso”, asegura. En ese momento, Brahma Kumaris tenía sede en Concepción donde vivía y coincidió que Caroline Ward, coordinadora de Brahma Kumaris en Chile, hizo un taller para mujeres. “Quedé absolutamente fascinada. Comencé a tomar sus
cursos de Raja Yoga y nunca más me separé de ellos”.
Practica meditación todos los días muy temprano, momento en el cual se conecta con el poder del silencio, con su ser interior y se llena de amor y pensamientos positivos. “La meditación es absolutamente esencial en mi vida: es la herramienta que me da el poder para poner esos pensamientos positivos en acción. Me conecta con lo divino y me hace mirar cualquier dificultad de una manera desapegada para no enganchar”.
Es también una valiosa herramienta para su relación con la música. Para cada ensayo y concierto hace una preparación mental: “Es un espacio donde estoy en soledad y me lleno de energía positiva para poder expresarme de la mejor manera en el escenario. Amo lo que hago, procuro estar en paz conmigo y los demás y me considero una persona feliz”, concluye.
APAGAR EL PILOTO AUTOMÁTICO
Joaquín Grez, gerente de Administración y Finanzas, Constructora Grevia.
No le fue fácil tomar la práctica de meditación Zazen (posición sentado), especialmente por el prejuicio de que iba en contra de su formación de colegio católico, conservador y algo rígido, reconoce. Y si bien la meditación le ha entregado conceptos nuevos, con el tiempo entendió que religión y meditación son complementarias y que en conjunto logran un todo muy potente. “Me ha permitido observar y aceptar la vida tal como se presenta, sin cuestionarla, evitando poner
apellido a las experiencias y entendiendo lo que es la impermanencia: todo cambia, la gente, tu humor, tu familia, tu pareja”.
Salir del estrés del día a día y cortar el piloto automático le permite también agradecer al creador por la gratuidad y la belleza de la vida. “Aprendí a vivir el aquí y ahora para ver, sentir y apreciar en forma distinta la naturaleza, mis actos, mis sentimientos y lo que me rodea tal como se presenta”.
Asegura que no busca ese despertar o iluminación de los grandes maestros, sino la sabiduría del viejo de campo. “Normalmente pensamos que la sabiduría es algo que se basa en el intelecto, pero los budistas creen que es intuitiva. La decisión correcta surge cuando el cuerpo y la mente están en equilibrio y armonía y ese estado lo encuentro en la meditación”.