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Raw Food: comida viva

Raw food -alimentación viva o comida cruda, de origen vegetal- es una de las formas más simples y deliciosas de comer frutas, verduras, semillas, frutos secos, legumbres, cereales integrales, brotes y algas. Todo fresco y vivo: llenos de vitaminas, antioxidantes, minerales, enzimas y energía, que vienen de la tierra, el sol, el agua y el aire. 

 

También conocida como “cocina sin fuego”, privilegia formas de preparación bajo 45°C. A partir de esa temperatura los alimentos vegetales empiezan a perder sus propiedades nutricionales. Sin embargo, hay casos excepcionales en los que es recomendable cocinar para disminuir el contenido de almidón y hacer más fácil la digestión (legumbres, cereales integrales, tubérculos, berenjenas, alcachofas y espárragos, entre otros). Para raw food lo ideal es comer diariamente un mínimo de 70% de alimentos crudos y un 30% de alimentos cocidos integrales, tanto en invierno como en verano.

La comida viva equilibra el pH y fortalece el sistema inmunológico en muy poco tiempo. Es alcalinizante, nutritiva y depurativa. Nuestro cuerpo está diseñado para digerirla y conseguir de ella numerosos aportes. Los alimentos cocidos y procesados -en cambio-  acidifican la sangre, volviéndonos propensos a enfermedades.

Todos podemos beneficiarnos al aumentar la ingesta de vegetales y eliminar o reducir productos animales o industrializados: es una alimentación correctamente planificada y variada. Saciante, simple y rica. La única excepción es la vitamina B12, aún en estudio. En teoría, nuestro cuerpo podría sintetizarla, pero en muchos casos no ocurre y debe administrarse un suplemento.

 

No obstante, cada caso es diferente, según la edad, condiciones y necesidades específicas. Por ejemplo, un diabético puede beneficiarse mucho del consumo de ensaladas, zumos verdes, legumbres y semillas, manteniendo una ingesta baja de fruta. Para intolerancias y alergias, es posible llevar la dieta hacia aquellos vegetales que el organismo digiere en forma correcta. Las embarazadas pueden conseguir todos los nutrientes necesarios con una dieta variada de frutas, verduras, semillas, frutos secos, legumbres, cereales y la suplementación de vitamina B12.

También conocida como “cocina sin fuego”, privilegia formas de preparación bajo 45°C. A partir de esa temperatura los alimentos vegetales empiezan a perder sus propiedades nutricionales.

Con los niños hay que precisar que una dieta de lechuga, manzana y tomate no les aportará todos los nutrientes requeridos para desarrollarse en condiciones normales. Por eso se necesita aprender sobre el contenido nutricional de distintos alimentos, para asegurar una alimentación de origen vegetal completa, variada y saludable, específica para cada etapa de la vida.

Puede parecer una dieta costosa. Sin embargo, el gasto se reduce considerablemente al dejar carnes, pollos, pescados, bebidas o golosinas procesadas. También en consultas médicas, exámenes y fármacos. La salud no es cara; lo que es caro es la enfermedad. Y la prevención es clave.

Por M. Belén Dussaubat

Profesora de Nutrición en Raw Food, certificada por el Living Light Culinary Arts en California. www.chirimoyalegre.cl

                                                                 Beneficios para la salud

  • Desintoxicación: la fibra y agua de los vegetales ayudan a activar los órganos depuradores y a remover los desechos del cuerpo.  También por la limitación de productos procesados, de origen animal, frituras, etcétera, fuente principal de toxinas.

  • Mayor hidratación: debido al alto contenido de agua de frutas y verduras frescas.

  • Mejor nutrición: los alimentos vegetales crudos conservan un porcentaje mayor de enzimas y nutrientes, como vitaminas, antioxidantes, minerales y grasas esenciales.

  • Más energía física y mental: por la depuración y la liberación de tóxicos, junto con comidas más simples de digerir, que requieren menor energía del proceso digestivo.

  • Sanación y equilibrio de la microbiota (flora intestinal): las bacterias “buenas” se alimentan de fibras vegetales. Al ingerir más vegetales, alimentamos a esas bacterias y prosperan.

  • Bienestar integral: como consecuencia de  todo lo anterior, se liberan síntomas de diversas condiciones dérmicas, digestivas, respiratorias, óseas, musculares e inmunes.

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