Raya Uma Datta, discípulo de B.K.S. Iyengar:
“El Yoga Iyengar se ha vuelto muy regludo”
Fotografía: Joan Puig
De visita en nuestro país, este joven profesor impactó por la sencillez y profundidad de sus palabras que contagian su amor por esta disciplina, destacando su visión sobre una práctica libre de estructuras rígidas y estáticas.
Entrevista realizada en India por Claudia Díaz y Pamela Mateluna (instructoras de yoga Iyengar) y editada por Yoga Style.
Fotografías: Rodrigo Bornscheuer.
“Al igual que la leche hay que probarla para apreciar su sabor, el yoga hay que experimentarlo para comprenderlo y disfrutarlo”. Con estas sencillas palabras, Raya Uma Datta, discípulo del maestro BKS Iyengar y profesor titular del Ramamani Iyengar Memorial Yoga Institute de India, transmitió su profundo amor por esta disciplina que conoció cuando era apenas un niño de la mano del padre del método Iyengar, de quien llegó a ser su asistente en los viajes que realizó para enseñar alrededor del mundo.
¿Cómo definiría el yoga?
En la liviandad del momento, es el arte de relajarse, pero el yoga hay que experimentarlo para comprenderlo. En otro nivel, en las escrituras, se define como el fundirse del alma individual en el alma universal, y creo que esa es la gran contribución de Guruji, que no se queda en lo meramente teórico, porque primero es un asunto emocional y luego espiritual. Tiene que ir creciendo en ti y va a ir contigo a donde quiera que vayas. Si tratas de que cuadre con un sentido racional, no lo vas a lograr. Cómo conectar estos dos puntos -alma individual y alma universal- es lo que debemos buscar. Usamos asanas y pranayamas como medios para conseguirlo.
¿Cómo transmitir esa profundidad a las personas que recién se acercan al yoga?
Nuestro cerebro reacciona a los estímulos auditivos (palabras, sonidos, música) y se Es muy difícil no formarse una opinión sobre el yoga de inmediato. Yo les digo a los alumnos que así como no podrán hacer Ardha Chandrásana en la primera clase, tampoco podrán tener una opinión acabada de lo que es el yoga. No se apuren, déjenlo ser, no se apresuren a emitir un comentario; sólo quédense ahí y las impresiones van a emerger. Aun así, esas impresiones están lejos de mostrar lo que Guruji decía: Si tu práctica es prioridad, entonces todo lo demás la seguirá. Veo personas que practican por años y nada cambia en absoluto. Eso es porque su práctica no es prioridad.
Usted afirma que Yoga Iyengar, al contrario de lo que se cree, es una práctica libre de estructuras rígidas y estáticas, ¿a qué se refiere?
Cuando tengamos una lista de asanas que cumplir, estaremos garantizadamente atascados. No sentiremos nuestra práctica porque nos forzaremos a nosotros mismos a ir hacia una dirección en particular. No creo que esa sea una forma orgánica de crecer, por así decirlo. Guruji era categórico en decir que había que practicar todos los grupos de asanas por igual, pero ¿durante cuántos años? ¿Y qué si tras diez años nada ha cambiado? Has seguido ciegamente esa estructura rígida, por años y años ¡y no has aprendido a volar! Después de un tiempo, vas aprendiendo que hay otros caminos que no son necesariamente la calle principal y son mucho más tranquilos para caminar, la idea es ir encontrando caminos intermedios.
"No estamos haciendo las cosas por la alegría de hacerlas.
Haz las cosas que sean un disfrute para ti, solo por el gusto
de hacerlas.
¡Como en las clases de niños!".
Siguiendo los pasos de su maestro, Raya Uma Datta visitó recientemente nuestro país para dictar un seminario organizado por la Asociación Chilena de Yoga Iyengar, en el marco de las celebraciones por el centenario del natalicio del fundador de este método. 150 participantes de distintos países del Cono Sur disfrutaron de las enseñanzas de este joven profesor en relación a la esencia de lo que es el Yoga Iyengar: una práctica libre de estructuras rígidas y estáticas. Raya recordó que Guruji supo sostener sus preguntas a lo largo de su vida, sin nunca sentir que podía concluir la búsqueda, sino siempre abriéndose al infinito.
¿Cómo podemos dirigirnos a esos caminos?
El aprendizaje es un proceso en espiral, no lineal, y con una lista siempre permanecerás en lo lineal, siempre estarás buscando “tips” (datillos) y eso no funciona. Sin importar cuál sea tu nivel de titulación, esas listas se transforman en obstáculos. No estoy diciendo que no aprendan el camino principal, sino que no se queden detenidos en él. Comenzamos a sentirnos amenazados porque nos sentimos rígidos en esta estructura dura.
¿Cuál es el secreto para lograrlo?
¿Estamos aprendiendo kapotasana por kapotasana o como un camino hacia vrkshikasana? Si es lo primero, mi kapotasana se transforma en algo mucho más divertido. En cambio, kapotasana se vuelve dolorosa si la meta que quiero alcanzar es vrkshikasana. No estamos haciendo las cosas por la alegría de hacerlas. Creo que tenemos que mirar los procesos de certificación de una manera distinta: si pasamos el examen, bien, y si no, también. Haz las cosas que sean un disfrute para ti, sólo por el gusto de hacerlo, ¡como en las clases de niños!
¿Usted cree que esa flexibilidad se da hoy día en la práctica Iyengar?
¿Cómo mostrar lo gozoso y extraordinariamente exuberante que es el Yoga Iyengar? En estos días se ha vuelto muy regludo. Ninguno de los tres Iyengar (BKS Iyengar y sus dos hijos) son así, y yo los he visto bien de cerca. ¿Cómo se ha vuelto algo tan compartimentado? Es un océano, un hermoso jardín… ¿A dónde fue toda esa hermosura?