Somos India
Un puente entre la medicina occidental y oriental
Inspirados en su propia experiencia, esta pareja de kinesiólogos chilenos creó Somos India, que organiza viajes para que profesionales de la salud adquieran nuevas herramientas, convencidos de que la ignorancia sobre nosotros mismos está en la base de toda enfermedad: más que un cuerpo, somos seres integrales. Esta es su historia.
Soy un párrafo. Haz clic aquí para agregar tu propio texto y edítame. Es muy sencillo.
“Fui a una feria de Navidad y vi un chico que vendía cosas muy lindas de India. No sé bien por qué le empecé a hablar acerca de las razones por las que me encantaría conocer ese místico lugar. Su comentario fue: anda, ¿qué te lo impide? Llamé a mi pololo y le dije: me voy a India. Pablo me contestó: yo también. Esa misma noche hablamos con nuestros papás y a los pocos meses partimos con pasaje solo de ida, con nuestra mochila llena de ilusiones y sin mucha idea de lo que encontraríamos”, cuenta Jalile.
Lo que pudiera parecer una decisión apresurada e inconsciente, no lo fue tanto. Pablo Solovera y Jalile Mahmud habían terminado kinesiología en la Universidad Andrés Bello y ejercían en distintas clínicas de Santiago. Veinticinco pacientes al día, treinta minutos para el diagnóstico y tratamiento y un enfoque aislado de la lesión, fueron algunos elementos que gatillaron la pregunta sobre si lo que estaban haciendo aportaba salud y bienestar a sus pacientes.
“Sentíamos un vacío en el quehacer kinésico. Intuíamos que los seres humanos somos más que un cuerpo físico y que el enfoque biopsicosocial que la universidad nos había enseñado, no era suficiente”, explica Pablo.
Este diagnóstico se hizo muy patente para Jalile cuando recibió a dos pacientes de la misma edad: la primera venía por un dolor en el tobillo, la segunda no se podía mover por el dolor de espalda. Ambas tenían la misma patología de base: una artrosis severa en la columna lumbar y discopatías en varias vértebras. “Obviamente me pregunté: ¿por qué una remitía un dolor insoportable y la otra solo un dolor en el tobillo? Fue así que inicié una reflexión sobre el dolor, los síntomas y la sanación”.
Este viaje a India se convirtió para Jalile y Pablo en una oportunidad para buscar respuestas a dos interrogantes: cómo ayudar a la sanación de sus pacientes y cómo llegar a una mayor compresión de lo que intuían. “Somos mucho más que un cuerpo: hay un aspecto espiritual que nuestra cultura ha descuidado y que también interfiere en la salud”, comenta Pablo.
Con un inglés básico y sin conocidos en el lugar, llegaron a Mumbai, donde les esperaba un aeropuerto a todo lujo. En ese momento sus temores se disiparon y pensaron que la gente exageraba sobre la pobreza en India. Subieron al taxi y en los primeros kilómetros había palmeras y una carretera expedita. Tras unos pocos minutos, sin embargo, se encontraron con la verdadera India: caos, desorden, autos por todos lados, un peluquero en plena calle, un dentista sacando muelas en una esquina, lluvia, calor, humedad. Pleno monzón en la India.
“A los pocos días nos tomamos un tren que en treinta y cinco horas nos dejó en Rajasthan. Huimos del monzón y llegamos a la zona más calurosa de la India. Luego nos movimos al norte, cerca de los Himalaya, donde recorrimos muchas ciudades”, cuenta Pablo. Cuando lograron instalarse y sentirse un poco mejor, decidieron poner en práctica su propósito: aprender una nueva forma de sanar y conectarse con su lado espiritual. Hicieron un retiro en Nepal y varios otros en Dharamsala, decenas de días en silencio y múltiples enseñanzas impartidas por monjes y el mismo Dalai Lama.
Ayurveda
En Kerala, descubrieron el Ayurveda, medicina ancestral que no solo se relaciona con una forma de comer, que es lo más conocido en Occidente, sino que mira al ser humano de manera integral. “Basándose en que todo en la naturaleza está compuesto por cinco elementos (aire, tierra, fuego, éter y agua), sostiene que el desequilibrio se manifiesta como síntoma de una enfermedad. Por ejemplo, el aire rige el movimiento. Si alguien tiene problemas con la movilidad de su cuerpo, significa que hay un desequilibrio con el aire. El Ayurveda trabaja, a través de múltiples herramientas (comida, masajes, respiración, etc.), para reestablecer ese equilibrio”, puntualiza Pablo.
El Ayurveda ayuda a entender que somos más que un cuerpo físico: enseña que ningún terapeuta puede sanar a un paciente, sino que solo puede favorecer las condiciones para que él mismo lo haga. “Por eso el objetivo es empoderar a la persona para que recupere su salud. La enfermedad está relacionada con la ignorancia sobre nosotros mismos, sobre lo que nos sana y sobre lo que nos enferma”, señala Pablo.
Ningún terapeuta puede sanar a un paciente, sino que solo puede favorecer las condiciones para que él mismo lo haga. El objetivo es empoderarlo para que recupere su salud
Se establecieron en Dharamkot, un pueblito a cinco kilómetros de donde vive Dalai Lama, donde sus pacientes reciben un tratamiento totalmente distinto al que recibirían en Occidente. Hoy son instructores de yoga, budistas y expertos en Ayurveda. “Partimos preguntando al paciente sobre sí mismo y sobre cómo se enfrenta al mundo. Lo examinamos, y sin importar cuál sea su sintomatología, siempre comenzamos por dos aspectos básicos: alimentación y respiración. Luego usamos nuestros conocimientos de kinesiología para lesiones específicas, pero fundamentalmente a través del yoga. Finalmente, los invitamos y motivamos a hacer una práctica espiritual, por medio de meditaciones, visualizaciones, etc.”, explica Jalile.
Después de tres años en India, su forma de entender la salud cambió de manera radical. “Creemos que al modelo psicobiosocial hay que agregar la variable cultural y espiritual”, explica Pablo.
Facilitamos el aprendizaje y el acceso a los mejores maestros, porque sabemos lo que significa recorrer solos ese camino. Fue nuestra experiencia y queremos aportar para que otros también la vivan”
Los resultados de este modelo integral han sido tan asombrosos, que Pablo y Jalile vienen a Chile una vez al año a compartirlo con sus colegas y conocidos. Hoy quieren dar un paso más: invitar a personas del ámbito de la salud a vivir una experiencia en India, donde ellos se convierten en el puente que une a estas dos culturas tan diferentes. “Creamos Somos India y organizamos viajes para que adquieran nuevas herramientas en un período acotado. Facilitamos el aprendizaje y el acceso a los mejores maestros, porque sabemos lo que significa recorrer solos ese camino. Fue nuestra experiencia y queremos aportar para que otros también la vivan”, finaliza Jalile.